- 1/2 pechuga de pollo con hueso y ala
- 2 huesos de jamón
- 1 morcilla de ternera
- 2 patas de cerdo
- 3 zanahorias
- 2 patatas
- 1/4 kg de garbanzos
- sal
- El día anterior ponemos los garbanzos en remojo.
- En una olla grande y honda, echamos el pollo, los huesos y las patas de cerdo. Dejamos hervir y vamos desespumando.
- Cuando ya esté el agua limpia y en plena ebullición, agregamos los garbanzos remojados del día anterior. A continuación, echamos las verduras y las patatas troceadas.
- Dejamos cocer a fuego medio y vamos echando agua cuando veamos que baja el nivel. Agregamos la morcilla entera (que ya se abrirá sola al cocer)
- Cuando veamos el caldo bien blanquito, sacamos lo justo para cocer luego arroz o fideos medianos y volvemos a echar agua a la olla.
- Es el momento de probar los garbanzos a ver si están tiernos, si es así, echamos la sal (al gusto) y dejamos cocer un poco más.
- Mientras cocemos los fideos o arroz en la cazuela que reservamos para tal fin.
- Servimos la sopa y aparte, la “pringá”, para que cada comensal se eche lo que más le apetezca.
Desde que vivo en Burgos, nuestros cocidos almerienses no puedo hacerlos (lo solemos hacer con huesos, costilla, tocino salados…) Pero como estamos en tierras castellanas, hay que cocinar con lo que da la tierra y en este caso, las exquisitas morcillas o tocino, oreja, codillo…pero en adobo, que le dan un sabor buenísimo!!! Esta vez la hemos hecho con la morcilla de ternera, que me la recomendó la tendera. Algo fuera de lo normal…sobre todo la morcilla desecha por todo el plato, que me recuerda a nuestro “trigo”