No hay nada más reconfortante en los días de frío, que llegar a casa y te abrace el aroma, el sabor y el calor de una buena sopa.

Y aunque parezca fácil y rápida de hacer (a veces), no hay que olvidar cocinarla con mimo. Definimos sopa, a todo ingrediente que flota, ligero, pero con mucho sabor. La magia estará en el caldo.

  1. Nunca echar los ingredientes cuando esté el agua caliente, siempre en agua bien fría. ¿Motivo? Tendrá más tiempo de soltar los aromas y sabores de los ingredientes, y si lleva carnes, la grasa se irá quedando en la superficie, que luego podremos retirar. Aconsejo dejar un pequeño rastro de esa grasa, será a cada cucharada, lo que nos dé el aroma y sabor intenso.
  2. Utilizar siempre ingredientes frescos, ya sean verduras, carnes o pescados. Los sabores serán totalmente diferentes y se agradecerá en el resultado final. La sopa es muy versátil, hay para todos los gustos. Sabores especiados, sabores del mundo, ingredientes muy variados… No hay población mundial, que no tengan sus recetas o las familiares, que pasan de generación en generación. En todo el mundo, existe esta deliciosa, saludable y reconfortante receta.
  3. Hay caldos o sopas para comer al momento o congelar para posteriores preparados (paellas, enriquecer platos, salsas…) Eso sí, si queremos refrigerar para otros platos, mejor hacerla el día anterior y así se enfriará naturalmente, potenciando los sabores (si es verano tórrido, nada más que se enfríe, al frigo!)
  4. Si el caldo o sopa lleva carnes y huesos o pescados y espinas, recomendamos que el primer hervor, se tire esa agua, que llevará impurezas. Volvemos a echar agua fría, y ya sí, a cocinar sin problema.
  5. Un buen caldo de pollo, lleva exclusivamente pollo, ya sean alitas, pechugas o el pollo entero. Y si hemos asado pollo en el horno, la carcasa asada, le da un sabor muy especial al caldo. Tanto verduras, huesos o carnes, si le damos un golpe de asado, el sabor será brutal, sabor «tostado» más intenso, pero no estará el caldo tan concentrado, porque el Colágeno, lo habremos dejado en el horno, y la textura será más fina.
  6. Un caldo que haya salido soso y ligero, lo podemos alegrar, con unos ajos crudos, dándole un hervor, o con cebolla que hayamos tostado al horno, con especias, con salsa de soja u otro tipo de salsas concentradas con sabor oriental, chile picante, o simplemente al gusto.
  7. Los caldos o sopas a fuego lento, sin mucho borboteo, siempre estarán de 10, pero si utilizamos olla rápida, tampoco será un pecado, incluso bajar la temperatura a medio-mínimo sería ideal.
  8. El tema es ir jugando con sabores, texturas, aromas… que para hacer un consomé clásico, siempre hay tiempo. Os animo a que experimentéis el placer de cocinar vuestro propio caldo o sopa. Un súper caldo para hacer SOPA RAMEN, tiene su propia estrella cocinarlo.
  9. ¡¡VIVA EL CUCHAREO!!

¿Y tú? ¿Cómo cocinas tu sopa?

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