Es un flan exquisito, porque sabe a compota, a frutas en almíbar. Si os pasa como a mi, que la textura o sabor del flan de huevo no os gusta mucho, este os gustará fijo…
En una cacerola ancha, ponemos las frutas troceadas y el azúcar y dejamos que se vaya derritiendo a fuego medio durante unos 25 minutos.
Cuando veamos todo como almíbar o compota, apagamos el fuego.
Mientras batimos los huevos y echamos la leche caliente, damos unas vueltas más y lo echamos a la cacerola con la fruta. Removemos todo bien.
Hacemos el caramelo líquido en una sartén vieja, 4 cucharadas de azúcar. Cuando esté color amarillito, lo echamos al molde (en este caso ha sido rectangular).
Movemos el molde, para que quede todo untado del caramelo. Ponemos encima las galletas o bizcocho (en este caso, galletas), que pille todo el molde y a continuación, añadimos con cuidado las frutas.
Metemos al horno y lo hacemos al baño María, durante unos 45 minutos aprox. y a 180º
El flan estará, cuando lo pinchemos y salga el cuchillo o pincho jugoso, pero sin tropezones, o cuando lo mováis y esté bastante entero.
Lo dejamos enfriar en el molde y luego lo metemos en el frigorífico.
Una vez frío, lo desmoldamos en una bandeja y listo!